Por: Nicolás Casimiro
Morelia, Michoacán, 21 de abril de 2022.- El conflicto por la dirigencia estatal del Morena en Michoacán ya ha escalado a nivel nacional.
Recientemente, el dirigente nacional del partido guinda, Mario Delgado Carrillo, se pronunció por reconocer única y exclusivamente a Giulianna Bugarini Torres como la delegada del partido con funciones de presidenta estatal.
Sin embargo, el también polémico catedrático de la UNAM, John Ackerman, salió a denostarlo y a señalarle que el Consejo Estatal del Morena eligió como su presidenta estatal a la ex diputada federal, Ana Lilia Guillén Quiroz (apoyada por cierto por el ex líder magisterial y ex diputado federal, Juan Pérez Medina).
Lo de Ackerman contra Delgado no es nada nuevo. El primero demanda desde hace tiempo que se renueve formalmente la dirigencia nacional del Morena.
Hay que recordar que los actuales dirigentes llegaron gracias a una encuesta realizada por el INE, no por el voto directo de la militancia morenista, pero además con carácter de “provisionales”, en tanto el partido contaba con un padrón de militantes actualizado.
Más recientemente John Ackerman criticó a Mario Delgado por los malos resultados en la consulta de revocación de mandato y en la votación de la reforma eléctrica del presidente Andrés Manuel López Obrador.
Señaló que el dirigente nacional del Morena ha sido responsable de ello, porque se ha enemistado con liderazgos del partido y porque su respaldo a candidatos impresentables les restó 50 curules a las huestes guindas en la Cámara de Diputados.
Como ejemplo basta un botón, en la elección de gobernador de San Luis Potosí, realizada en 2021, Delgado Carrillo apoyó fuertemente a la candidata del Morena, Mónica Rangel Martínez, ex secretaria de Salud en la anterior administración priista de Juan Manuel Carreras López.
Esa ex candidata fue detenida el pasado 12 de abril en el Estado de México acusada de asociación delictuosa y abuso en el ejercicio de sus funciones (precisamente cuando fue funcionaria estatal).
Para el caso de Michoacán, Ackerman aseguró que Giulianna Bugarini fue una imposición del dirigente nacional, tal vez sin saber (o fingiendo no saber) que esa designación fue hecha a propuesta del gobernador Alfredo Ramírez Bedolla.
Y bueno, para continuar con la novela, el catedrático de la UNAM se ha entrevistado en estos días con Ana Lilia Guillén, a quien le ofreció todo su respaldo.
A final de cuentas, algo que no se debe perder de vista es que detrás de todo esto está el tema de la sucesión presidencial.
Mario Delgado es incondicional de Marcelo Ebrard y ambos influyeron para que en su momento Alfredo Ramírez fuera designado como candidato a gobernador.
Por su parte, John Ackerman ha mostrado simpatías y coincidencias con el proyecto de la jefa de Gobierno de la Ciudad de México, Claudia Sheinbaum. Por eso está buscando también un grupo fuerte que le permita anclar sus intereses en Michoacán.
Nada es casualidad en este pleito por la dirigencia estatal del Morena.
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